viernes, 25 de julio de 2014
Publicación en el Diario Austral de Osorno 22 de Julio del 2014
Ultima publicación sobre la expedición a Jostedalsbreen en Noruega, además habla un poco sobre el proyecto 7 summits .
Muchas gracias a todos, quienes al ver el periódico en Osorno me lo enviaron por medio del facebook,y por medio de mails, fue muy simpático los comentarios que me hicieron al quedar justo bajo un encabezado de unos terneros ... aun me estoy riendo de algunos ... y gracias por las palabras de Animo !!!
Esa fué la primera foto que me enviaron , como pueden ver, desde ahí ya lo primero que vi fue poco menos que impactante !!!
Después me llego esa foto donde me quedaba mucho mas claro el panorama....
lo que hallan muerto son terneros...
Menos mal que eran terneros, que de ser Burros los que encontraron .....:) ( En la foto sale la hijita de Valentina)
Aquí les dejo las dos paginas del diario Austral de Osorno, Portada y página 16...al final un link donde pueden leer el diario...
http://www.australosorno.cl/impresa/2014/07/22/full/1/
http://www.soychile.cl/Osorno/Deportes/2014/07/21/263241/Osornino-realiza-inedita-travesia-al-glaciar-mas-extenso-de-Europa-continental.aspx
domingo, 20 de julio de 2014
Entrevista en Televisión Canaria del día 19/07/2014
Aquí les dejo el link de la entrevista , espero les guste
http://www2.rtvc.es/deportes/siete-cimas-proyecto-de-un-monta%C3%B1ero-121282.aspx#.U8wXFfnUa6w
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martes, 15 de julio de 2014
Entrevista sobre Jostedalsbreen primera expedición chilena al campo de hielo mas grande de Europa continental
Chicos aquí les dejo la entrevista que salió en el programa " Rompe la tele " en el canal tinerfeño de El Día TV
http://vimeo.com/channels/529386
Espero que les guste ...pinchen en el Link de arriba , empieza con una canción, después hay unos comerciales, paciencia ....
jueves, 10 de julio de 2014
Travesía a Jostedalsbreen, Breve relato de la primera expedición chilena Parte 3
... Al cuarto día debíamos llegar a
una zona llamada Ramnane, pero Decidimos seguir la huella de los renos una vez más y éstos, finalmente nos llevaron a un
punto totalmente diferente del planeado, de vez en cuando la intuición nos juega alguna broma ...
El sol ya se estaba poniendo en el horizonte y comenzaba a tomar esos hermosos tonos anaranjados mezclado con el gris de las nubes y
calculo serian cerca de las doce de la noche, suena muy raro decir , estaba atardeciendo a las doce de la noche , pero era lo que ocurría, el día polar en estas latitudes no tiene piedad para con la oscuridad ...
Algunas nubes lenticulares se movían rápidas, como platos invertidos lanzados por los Dioses .
Extenuados, armamos campamento, cosa que nos llevo un largo rato,como todos los días, soplaba una brisa fría pero sacábamos calorcito tirando la pala para construir una terraza donde armar la carpa, una vez instalado el campamento entramos a nuestro cubil y comimos
opíparamente, con el hambre que dejan las jornadas largas y el enorme esfuerzo de
cargar con tanto peso…( quiero aclarar que Marcelo es un excelente cocinero de montaña, yo también pero cuando puedo evitar cocinar lo evito, no así en casa , donde soy un verdadero desastre culinario por decir lo menos.)
Marcelo me enseñó una receta noruega a base de mantequilla, avena, sal, azúcar, almendras y otras
cosas que nos daba energía para todo el día, no recuerdo el nombre de este manjar-junje pero estaba muy bueno, comíamos una comida
abundante y fuerte en la mañana y el resto del día lo pasábamos con golosinas y ración de marcha, (maní, galletas, chocolate etc.) que nos
daban energía para continuar poco a poco
hasta la próxima comida de la noche que también era fuerte).
El seguir los renos nos llevo a
una hondonada sumamente bonita, un verdadero balcón hacia los fiordos del oeste, el sol se ponía de color rojo, la temperatura bajaba y nosotros no parábamos de
exclamar lo bonito que era aquello, estábamos en un palco privilegiado de contemplación geográfica, hacia abajo se abría un bello fiordo muy profundo, al frente las montañas se elevaban vertiginosamente desde la profundidad hacia el cielo, algunas nubes casi a ras del horizonte
daban un toque grisáceo a esa postal y nosotros dos Chilenos haciendo patria en
el confín del mundo, cruzando el campo de hielos más grande de Europa
continental, los dos primeros chilenos y quizá los primeros sudamericanos en hacerlo, observando y disfrutándolo,
benditos renos..., bautizamos el campamento como “ Campamento Renó”…( en alusión a
los renos y a los automóviles Renault)... no se por qué... cosas de gente cansada...
Cada vez que armábamos campamento nos dábamos el trabajo de construir también un baño, generalmente me encargaba yo de la construcción de esta "vital forma arquitectónica" y en los últimos días llegue a perfeccionar la técnica de tal forma , que contábamos con el mango de una de las palas de nieve que servia de baranda para mantener el equilibrio, un pozo para las heces , las que quedaban muy profundamente ocultas una vez que teníamos que irnos de ese lugar y siempre llevaba una pared de nieve para impedir que el viento nos helara la retaguardia...
(criticábamos ferozmente los campamentos que existen en los glaciares donde todo queda al aire libre), hasta un lugar para poner el papel higiénico teníamos últimamente, solo faltaba diseñar una forma para apretar un botón o tirar de una cadena y tener así un chorro de nieve o agua que se llevara todo, eso queda como tarea para el futuro ....
El baño además siempre quedaba separado de la carpa para poder estar mas tranquilo en ese momento tan íntimo ...
Al día siguiente, quinto día, era
imprescindible salir de la meseta, ya el cielo había amanecido bastante gris, aunque de a ratos abría con un fondo azul y el sol entrando directo, pero al rato se volvía a cerrar, el barómetro amenazaba bajando rápidamente, el viento había aumentado un poco la intensidad... se acercaba una tormenta ...
Mis heridas en los pies habían empeorado considerablemente al punto de
convertir en un suplicio el ponerme las botas en la mañana, podía tardar el doble o el triple que tardo en condiciones normales en ponérmelas (las ampollas se
habían reventado y se habían convertido en feas heridas que amenazaban infectarse, y que a la larga lo hicieron, había que salir, para
salir había que avanzar rápido…) pero avanzar rápido significaba mas dolor, mas fricción, mas destrucción de capas de piel.
.
Cada vez que comenzaba a caminar por la mañana empezaba otra vez el dolor, y al quitarme las botas en la tarde-noche no podía evitar pensar en que al ponérmelas en la mañana siguiente, el suplicio comenzaría de nuevo, todo éste solo pensamiento desgasta mucho y yo había empezado con el dolor desde el segundo día, ya era casi insoportable, sentía como si me frotara con un pliego de papel lija, me ardía y quemaba a la vez... aún hoy estando en casa y después de un mes de haber regresado tengo secuelas de las benditas y bien ganadas ampollas.
Parece una pequeñez, pero cuando te encuentras en un lugar tan aislado, una simple molestia como una ampolla se convierte en un tema complicado y yo no tenia solo una ... ( moraleja, no debo usar nunca mas un zapato nuevo...lo sabia pero era lo que había)
foto: tomada en casa varios días después de llegar, ampolla del pie izquierdo ya reventada.
La última noche dormimos solo 3,5 hrs.
Nos levantamos y seguimos hacia el sur-este, hasta llegar a Bings Gryte, el
punto más angosto del campo de hielo, aquí es posible contemplar hacia ambos lados de la meseta como se descuelgan de ella sendos glaciares en busca de las tierras bajas, mostrándonos su erizado lomo de seracs curvándose al descender y un bonito circo glaciar en formación que deja al descubierto muchos estratos nivales que nos señalan la continuidad del crecimiento o decrecimiento año tras año de las nevadas de la zona.
Aún quedaba una distancia aproximada de 16 kilómetros en línea recta pero veíamos como nos acercábamos lentamente a la meta propuesta.
metro a metro, kilómetro a kilómetro avanzábamos, la nieve cada vez mas pesada se estaba volviendo una sopa con la humedad que reinaba en el ambiente, cada vez las nubes estaban mas bajas.
Subimos calzando los esquíes de randoneé
una empinada ladera que no admitía errores, cambiamos de rumbo y enfilamos
recto hacia el Sur, una vez ya en la meseta después de pasar los cerros
Grensevarden y Mikkelvarden y acercándonos al Supphellenipa, en medio de una gran llanura, sentimos el ruido que produce un gran motor, cada vez más
cercano, en el cielo desde el norte se acercaba el Helicóptero del escuadrón
330 de rescate Noruego, (catalogado como uno de los mejores cuerpos de rescate
del mundo).
Nos pareció la visita más grata
que podíamos recibir en ese instante, nuestro primer contacto con gente desde que entráramos al glaciar mas al norte en Erdalsbreen, el Helicóptero venia directo hacia nosotros, hizo un medio giro mientras nos observaban desde el interior, pensé en hacerles una seña de amistoso saludo, pero ante la perspectiva de que pensaran que necesitábamos ayuda y aterrizaran para sacarnos de allí, mejor me quede quieto, Marcelo me miraba quien sabe si pensando en mis pies heridos y yo pensando a la vez ...ni se te ocurra... ya solo nos faltaban 9 km y no iba a renunciar a ellos ni por todos los helicópteros del mundo, aun que ganas de que de allí me sacaran no me faltaban...
finalmente después de un par de minutos en que nos observaron y vieron que estábamos bien, el helicóptero enfiló hacia el sur moviendo un poco su pesado cuerpo en el aire, nos señalaban hacia la salida del glaciar, hacia donde ellos se dirigieron como diciéndonos, "sigannos, es por aquí "
Recorrimos los últimos kilómetros callados, meditando, contemplativos, pasábamos esquiando los últimos cientos de metros por el glaciar plano, disfrutando la lenta bajada, nunca en todo el trayecto tuvimos una pendiente agradable de esquiar, generalmente las bajadas eran cortas y no muy empinadas salvo al principio cuando bajamos del primer campamento, pasábamos por sobre las grietas del glaciar que iban apareciendo, faltaba muy poco para llegar al refugio de Flatbrehytta donde pensábamos que terminaba la expedición.
Muy grande fue la sorpresa al llegar allí después de una bajada en esquíes extenuante , corta pero pronunciada, y encontrarnos que desde la cabaña del refugio había una bajada de 1000 metros de desnivel hasta el fiordo, una bajada por una huella apenas marcada que se podría calificar de muy peligrosa en las condiciones en que veníamos, demasiado cansados.
No existe un sendero propiamente tal, se esta construyendo en la parte baja un acceso hasta el refugio pero aún falta mucho para poder llegar allí, además lo que se esta construyendo sigue siendo igual de pronunciado y da la impresión que las personas a cargo no conocen lo que es un zig zag, para colmo de males la roca allí existente es lisa y cubierta de musgo y líquenes.
Un ligero error y podríamos haber bajado mas rápido de lo que debíamos, así que a cada paso extremábamos cada movimiento.
Habíamos pensado en quedarnos allí, pero lo mas acertado que pudimos hacer fue bajar, con mucha precaución, el cielo nublado nos acompaño hasta que fue reemplazado por el dosel del bosque boreal noruego, una maravilla de sensaciones a pesar de lo cansado que me sentía, muchas mariposillas semi-nocturnas revoloteando a mi paso, el canto de innumerables aves, nuevamente el color verde de las plantas eran un descanso para mis ojos cansados después de ver blanco y mas blanco los días anteriores...
finalmente salimos del bosque y nos estaba esperando el taxista que habíamos contratado previamente quien nos llevo hasta la cabaña que teníamos reservada para esa noche o día, en este caso daba lo mismo...no oscurecía... cuando llegamos eran las dos treinta de la madrugada y estaba ya muy claro...
Me dormí con la extraña sensación que deja el terminar algo tan cansador, también me dormí pensando en que lo habíamos cruzado...que bien me sentía, habíamos cruzado el campo de hielo de Jostedalsbreen, el campo de hielo mas grande de la Europa continental, de norte a Sur a lo largo...y eramos los primeros chilenos en hacerlo... técnicamente chilenoespañolnoruegos ...
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sábado, 5 de julio de 2014
Travesía a Jostedalsbreen, Breve relato de la primera expedición chilena Parte 2...
...Al día siguiente, el tercero,
bajamos esquiando hasta Lodalsbreen y pasamos por donde recientemente había
caído una avalancha, considerando que era una hora temprana y con pocas
posibilidades de que cayera otra en el mismo lugar, decidimos atravesarla poniendo mucho oido y vista en las paredes circundantes que se erguían como gigantescos muros de roca pulida .
Pusimos pieles a los esquíes
para randonear y remontar el segundo glaciar (Småttene) que nos llevaría a la
meseta y justo a un lado de Lodalskåpa una montaña increíble que dominaba el
paisaje desde casi cualquier ángulo.
Esta ascensión también estuvo muy
dura, mis pies comenzaban ya a mostrar las consecuencias de haber tenido que
cambiar mis zapatos de montaña por unos de Randoneé que no habían sido usados
más que una o dos veces, y que poco a poco me irían causando ampollas y mas
ampollas y más ampollas en la medida que avanzábamos, finalmente ese día también caminamos
alrededor de 10 a 11 horas… era necesario avanzar lo más rápido posible , ya
que las tormentas sobre la meseta se presentan con vertiginosa rapidez y no
queríamos que una de ellas nos atrapara durante la travesía.
Dicen los Noruegos que estas tormentas son desatadas por el golpe del martillo de Tor , que en noruego se escribe así, sin H, me cuenta Marcelo que de ahí viene el día de Torsdag, Jueves, que los ingleses malentendieron Thursday por que Tor en noruego se pronuncia Thur.
A pesar de llevar los instrumentos de navegación necesarios,
mapas, Gps, brújula, etc., decidimos confiar en el buen instinto que tienen los
renos que deambulan por el lugar... invisibles, pues nunca los vimos, y seguir sus
huellas, las que nos ayudaron muchísimo sobre todo para encontrar los puentes de hielo que se forman sobre las grietas... es así como logramos ascender Småttene y
situarnos mas allá de Brenniba y el
Lodalskåpa ese día.
En la zona justo al weste de kjenndalskruna fué donde armamos
campamento, en medio de una llanura increíble comparada a un paisaje lunar donde
las distancias y el tiempo se hacían uno solo, el sol era gigantesco como en un
medio día en el desierto, que aquello lo era... y solo había blanco mas blanco mas blanco y el azul del cielo.
Al cuarto día tuvimos viento en
la mañana y ya el barómetro comenzaba a bajar, mala señal para quien se adentra
en la meseta, pues significaba que cambiaría el tiempo durante ese día o al
siguiente y en el horizonte ya aparecían algunas nubes amenazadoras ,
apresuramos la marcha lo más posible, pero ese “más posible” era lento, un
pequeño promontorio que parecía estar a media hora tardábamos en alcanzarlo dos
horas o más y nos era imposible saber la distancia y el tiempo que tomaba cruzar las
planicies.
Toda la llanura se nos hacia ilimitada, cada loma que se nos aparecía delante, dejaba ver otra loma u otra llanura, para descubrir que al final de ella no había mas que nieve y mas ondulaciones del terreno.
Creo que este tipo de "peregrinaciones" son la mejor forma de hablar con uno mismo, pero hablar de cosas importantes, cosas que usualmente no nos conversamos por que estamos atareados en ser absorbidos por millones de estímulos diarios, un automóvil que pasa y toca la bocina, el sonido de una tetera silbando frenéticamente al hervir en un estallido de minúsculas y casi invisibles millones de burbujas en su interior, un amigo que saluda desde la ventana de un bus en movimiento, el gol que no fué ni será que nos grita desde la pantalla del televisor "mirameeeeee...como me voy fueeeraaa" o el simple aleteo de un papel que mueve el viento cuando cruzamos la calle.
Todas esas cosas ahora parecían tan ajenas y nuestra realidad era solo una.. ... movernos hacia adelante, ir en pos del Sur, navegar entre una linea delgada que separa el hielo, del azul celeste del cielo, ahí, justo ahí era donde nos encontrábamos, justo en medio de la unión de la etérea atmósfera del hemisferio norte y el macizo congelado de un enorme trozo de cristal frio...
Esas llanuras hacen pensar mucho, sobre muchas
cosas y yo necesitaba hacerlo para olvidar las ampollas de mis pies que me torturaban, a veces Marcelo
tomaba la delantera y randoneaba hasta convertirse en un puntito ínfimo y oscuro muy a lo
lejos, a veces yo lo alcanzaba y lo adelantaba, hasta casi perderle de vista en la lejanía (
habíamos convenido en nunca perder contacto visual y así lo hicimos para evitar extraviarnos, pero cada uno tenía su espacio, un enorme espacio para disfrutar cada quien a su manera
y meternos cada uno en nuestros propios pensamientos y así alejar un poco la monotonía de la inmensidad,
cada cierto rato nos juntábamos para beber o comer o hablar y luego seguíamos la rutina diaria
de caminar diez u once horas .
Alguna vez mientras caminaba y escuchaba en mi cabeza el eco de Nothing else matters que se repetía una y otra vez y ya se había vuelto parte del equipo que llevaba a cuestas, me encontraba con una mancha parduzca en el suelo que me sacaba del trance, y al agacharme a mirar que era, veía la forma congelada de un lemming, pequeño roedor momificado en medio de la extensa llanura, las preguntas obvias acudían a mi cabeza en ese momento ...¿ Que hace aquí este pequeño desgraciado?
- ¿ Que motivo tan imperioso hace que un animal tan pequeño se aventure en tan tremendo territorio?
- ¿ cual ancestral razón lo impulsa a abandonar las verdes tierras bajas y remontar el hielo ?
- ¿ Que busca aquí?
y... si después de años, siglos, eras eternas de evolución y modificaciones genéticas para adaptarse al medio... a este inhóspito medio glacial... igual termina convertido en un cubo de hielo ...
¿ Que hago yo aquí entonces ?
Los lemmings, pequeños valientes exploradores polares pueden llegar a dar mucho para pensar y meditar en medio de una travesía como esta y así olvidarte de las ampollas que te castigan los pies por un buen rato...
jueves, 3 de julio de 2014
Travesía a Jostedalsbreen, Breve relato de la primera expedicion chilena Parte 1...
Salí desde Tenerife hacia la hermosa ciudad de Barcelona donde tuve una breve escala, desde allí a Oslo, desde donde tome un último
avión hacia Molde, una pequeña ciudad universitaria a orillas del Romdalsfjorden
donde me esperaba mi amigo Puertomontino Marcelo Barra, ex Director pero aún miembro del
Cuerpo de Socorro Andino ( Chile) y avecindado actualmente en la isla de Averøy hacia
donde nos dirigimos inmediatamente, apenas
llegado allí nos pusimos a repartir en nuestras mochilas el material y las
provisiones necesarias para el viaje al día siguiente.( Obviamente he
descargado las fregonas que llevaba a pedido de Marcelo jejejeje)
Debido al calentamiento global general en el planeta los glaciares de Noruega así
como otros tantos glaciares en el mundo se han ido retirando cada vez más
rápido de las zonas bajas, además como consecuencia directa de ello, cada vez
las nevadas son más pobres en invierno, así es como nos hemos encontrado con
que la aproximación en la zona de Stryn que pensábamos hacer tirando de trineos con todo el equipo era
imposible, por esta razón hemos tenido que cargar en las mochilas todo lo necesario y además añadir a
este enorme peso los esquíes y botas, mas cuerda, crampones , piolets, y un
innumerable etc., etc., etc.a tal punto de tener que cargar con alrededor de 21 kg. cada uno.
Partimos muy temprano desde Averøy,
cruzando valles y fiordos (para lo cual tuvimos que tomar algunos
transbordadores) y un sin fin de túneles, los noruegos tienen muchos.
Después de unas 5 horas de viaje
llegamos al fin a Stryn (imagínense yo con el viaje del día anterior y habiendo
dormido poco , estaba muerto) allí en Oppstryn nos esperaba un amigo de Marcelo, "Rune el
Vikingo", enorme personaje corpulento y con la pinta de un vikingo legítimo, quien amablemente guardó nuestro automóvil y nos transportó junto con
la pesada carga en una furgoneta hasta la entrada del valle de Erdalen, aquí
comenzamos la caminata por un valle glaciar que cada vez se volvía más
estrecho, todo verde, todo lleno de flores, y las montañas a nuestros costados
que cada vez se hacían más altas.
A mitad del valle encontramos
alrededor de 13 hermosas y pequeñas casitas con el característico color burdeo
de las casas del campo noruego, todas de madera y piedra, los techos cubiertos
de pasto que le sirven de aislante
durante los duros inviernos en donde
soportan temperaturas de hasta -
40º, yo estaba encantado con el paisaje tan parecido al sur de Chile, campos
verdes, praderas con animales, flores, ríos y montañas con nieve, este lugar se
llama storesætra.
En la cabecera superior del
glaciar donde todo lo verde da paso a las grises rocas encontramos un pequeño y
acogedor refugio de montaña abierto gratuitamente para quien lo necesite y con
todas las comodidades posibles, una cocina, camas, comida enlatada y las ultimas personas que veríamos hasta
salir del hielo, conversamos,(mas bien Marcelo conversó, ya que el domina el noruego a la perfección) y nos despedimos para tomar rumbo hacia el
glaciar , a nuestros costados en las montañas ya veíamos como algunas cornisas
de hielo se precipitaban hacia el valle con estruendoso sonido, dando lugar a
unas avalanchas gigantes, que tal como hacen desde hace milenios, al caer van desgastando la hermosa roca desnuda de gneis, dejándola totalmente pulida.
Finalmente ese día y después de
caminar alrededor de 10 horas por un sendero que poco a poco se convertiría en
una pesadilla por lo mal señalizado, lo resbaloso de las rocas pulidas por el
glaciar ( en una pasada muy expuesta nos vimos la cara con el peligro, pero logramos sortearla con bastante dificultad) y por la carga que llevábamos
logramos llegar a un pequeño refugio hidrológico , que afortunadamente estaba
vacío, no tuvimos que armar la carpa y lo ocupamos , era pequeñito de tres por
dos metros pero súper confortable, con dos camas, una cocina, platos y tazas,
una mesa , un antiguo reloj de cuerda y mapas pegados en las paredes… no podía
estar mejor bautizado, INFIMUS, allí pasamos la noche , en total si sumamos las
horas del viaje ese día fue de 15 a 16 horas en total antes de ir a descansar.
El segundo día fue muy duro; durísimo, ya que tuvimos que remontar el primer glaciar que existe para llegar
a la meseta de Jostedalsbreen, una zona de hielo, que nos llevo a un portezuelo
( glaciar de Erdalsbreen), en esta zona escuchábamos y veíamos caer avalanchas
a cada rato con un estruendo increíble, toda esta parte la hicimos encordados... después
de haber caminado otras 10 horas estábamos rendidos, así que acampamos sobre los
seracs que dominan el portezuelo que se encuentra sobre el valle de Lodalsbreen
hacia el otro lado.
Toda la noche ( si se puede llamar noche, ya que nunca
oscurecía.. el sol bajaba y terminaba poniéndose rojo en el atardecer para
nuevamente y casi al instante comenzar a amanecer sin pasar por la oscuridad total) se podía escuchar el hielo
moviéndose bajo nosotros, como si el glaciar estuviera vivo, yo sentía que era
como un gran monstruo congelado que comenzaba a despertar bajo nuestra diminuta carpa, fantásticamente podía imaginar los dioses y demonios de la mitología nórdica que iban adquiriendo vida desde el abismo azul del fondo de las grietas...
Prensa en torno a la primera expedición Chilena a Jostedalsbreen
Los siguientes son los comentarios publicados en los periódicos El Día de Tenerife (España) y el
Observador de La calera (Chile) quienes amablemente han estado siguiendo los pasos de la primera
expedición Chilena al campo de hielo de Jostedalsbreen en Noruega, el campo de hielos mas grande de
Europa continental.
La travesía fue concluida exitosamente la noche del 4 de mayo por Marcelo Barra y José Brito.
Observador de La calera (Chile) quienes amablemente han estado siguiendo los pasos de la primera
expedición Chilena al campo de hielo de Jostedalsbreen en Noruega, el campo de hielos mas grande de
Europa continental.
La travesía fue concluida exitosamente la noche del 4 de mayo por Marcelo Barra y José Brito.
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